Monogenísmo y Poligenísmo

 
 
 
Monogenismo: Doctrina antropológica según la cual todas las razas humanas descienden de un tipo primitivo y único.
Poligenismo: Doctrina que admite variedad de orígenes en la especie humana, en contraposición al monogenismo.
El libro del Génesis señala que toda la raza humana tiene su origen a partir de una pareja. En otro pasaje del Antiguo Testamento se señala que de Adán y Eva “nació todo el linaje humano”.San Pablo menciona el hecho de que toda la raza humana desciende de una sola pareja: “Él hizo de uno todo el linaje humano” . El Apóstol hace además un paralelo entre la Caída, que se produjo a través de un solo hombre, Adán, y la Redención, que llegó a través de Cristo, el Nuevo Adán: “Como por un hombre vino la muerte, también por un hombre vino la resurrección de los muertos. Y como en Adán hemos muerto todos, así también en Cristo somos todos vivificados”. San Atanasio desarrolló en mayor medida la base cristológica de la doctrina conocida como el monogenismo, es decir que toda la raza humana desciende de Adán y Eva: “Lo nacido de María, de acuerdo a las Escrituras, fue por naturaleza humano; el Cuerpo del Señor era real, real porque era igual al nuestro. Esto fue así porque María era hermana nuestra, puesto que todos descendemos de Adán”. El hecho de no mencionarse explícitamente la esposa de Caín  entre los hijos de Adán y Eva no demuestra que no descendiera de ellos. Nuestros primeros padres tuvieron muchos hijos, hombres y mujeres. Tampoco es válida la objeción según la cual el monogenismo no es posible porque exigía el matrimonio de los hijos de Adán con sus hermanas. En las circunstancias especiales del comienzo del linaje humano, la generación entre parientes cercanos estaba permitida, como puede observarse al menos en una ocasión más en el Antiguo Testamento, con el fin de perpetuar la raza humana. El monogenismo esta necesariamente vinculado con la enseñanza cristiana sobre el pecado original.

 Por otra parte, el poligenismo es la teoría que plantea la existencia de numerosas parejas en el origen de la raza humana. El apoyo a las teorías poligenistas sobre el origen del hombre suele estar marcado por matices ideológicos de fondo, entre ellos la noción del azar de la teoría de la evolución. Al prevalecer semejante idea, es más fácil concebir el desarrollo espontáneo al azar de diversos seres humanos “originales” en distintos lugares, de acuerdo únicamente con el criterio de la selección natural. El poligenismo conduce a una o más de por lo menos tres hipótesis inaceptables: en primer lugar, que el pecado original no se transmitió a todos los miembros de la raza humana; segundo, que aun cuando el pecado original se haya transmitido a todos los miembros de la raza humana, esto ocurre mediante un proceso que no es la generación; y la tercera hipótesis errónea es que el pecado original se trasmite por generación a todos los hombres, pero Adán no es un individuo en particular, sino un conjunto de personas[20].
Hay una diferencia entre poligenismo monofilético y polifilético. De acuerdo con el primero, el linaje humano desciende de varios seres humanos y no sólo de Adán y Eva, pero todos los seres humanos originales pertenecen a la misma estirpe o fílum. En este caso, es mucho más fácil decir que todos esos primeros seres humanos cometieron juntos el pecado original y éste se transmitió luego a sus descendientes. Con todo, el poligenismo monofilético no bastaría para explicar satisfactoriamente las epístolas paulinas y la afirmación de que todos los hombres mueren con Adán. De acuerdo con el poligenismo polifilético, la raza humana desciende de numerosas estirpes o fílumes, con lo cual sería imposible garantizar la enseñanza de la Iglesia en el sentido que el pecado original se hereda a través de la generación. En todo caso, el Papa Pablo VI reafirmó las reservas de la Iglesia con respecto al poligenismo en el contexto de explicaciones inadecuadas sobre el pecado original dadas por algunos teólogos modernos. Estos autores, cuyo punto de partida es un poligenismo “que no ha sido demostrado”, prácticamente niegan la doctrina del pecado original. El Papa además señaló con énfasis la condición de primer padre universal de Adán. El hecho de descender todo el linaje humano de una sola pareja pone en relieve la unidad esencial de toda la humanidad y la igualdad de todas las personas en una naturaleza única y constituye por lo tanto una poderosa defensa contra las diversas formas de racismo.

 Hay una tendencia entre los nuevos teólogos a negar el monogenismo o poner en tela de juicio esta doctrina por cuanto ven que últimamente no se ha reafirmado en forma explícita. Con todo, el hecho de que el Magisterio no se haya pronunciado últimamente sobre el tema no implica una abrogación de la doctrina. Se presume que una enseñanza de la Iglesia (aún no declarada irreformable) subsiste mientras no se modifique explícitamente. Podríamos preguntarnos por qué estos teólogos tienden a apoyar el poligenismo. Tal vez no quieren estar rezagados en relación con los descubrimientos científicos. Sin embargo, hasta ahora la ciencia no ha podido demostrar el poligenismo ni el monogenismo. Algunos hombres de ciencia han planteado el origen monogenético del cuerpo humano basándose en conocimientos genéticos. Las diferencias de color y forma del cuerpo humano podrían explicarse en términos de adaptación evolutiva de acuerdo con las condiciones de los distintos lugares del planeta. Suponiendo que la evolución tuvo un rol en la preparación del protohumano antes de la introducción del alma, y suponiendo incluso que la ciencia pudiera detectar un poligenismo en estos seres inferiores, la revelación parece indicar que Dios introdujo el alma únicamente en una pareja elegida entre esos diversos protohumanos hipotéticos. La introducción del alma directamente por Dios otorga al ser humano una condición esencialmente distinta de los animales. Esta acción está fuera de la competencia de la investigación científica, como afirmó recientemente el Papa Juan Pablo II: “Las ciencias de la observación describen y miden las múltiples manifestaciones de la vida con precisión cada vez mayor y establecen una correlación entre ellas y la línea temporal. El momento de la transición a lo espiritual no puede ser objeto de este tipo de observación, que no obstante puede descubrir a nivel experimental una serie de señales muy valiosas indicadoras del carácter específico del ser humano”.

En otras palabras, las ciencias empíricas no tienen competencia para medir el acto de introducción por Dios de la primera alma humana y luego de todas las almas posteriores, y se ocupan únicamente de mediciones de los estados sucesivos de carácter material. Por consiguiente, siendo los orígenes monogenéticos de la humanidad una elección divina, no son puramente producto del proceso evolutivo, de tal manera que es discutible la posibilidad de obtener una prueba científica definitiva en favor del monogenismo o el poligenismo. Si bien la ciencia de la paleontología ciertamente puede indicar qué fósiles son humanos y cuáles no lo son, la determinación de fechas de dichos materiales con el fin de ubicar a los primeros seres humanos no es siempre muy precisa. Este problema subsiste aun cuando exista la posibilidad de distinguir científicamente entre restos humanos y prehumanos. La dificultad reside en establecer el vínculo entre lo prehumano y lo humano, sobre todo porque en la actualidad ya no es posible encontrar una gran cantidad de restos. Es sumamente dudoso que la ciencia alguna vez realmente esté en condiciones de refutar el origen monogenético de la persona humana. Por otra parte, es posible que sobre la base de consideraciones genéticas se determine efectivamente el origen de los seres humanos a partir de una sola pareja.


 
 

1 comentario:

  1. Gracias por tan fabuloso y enriquecedor texto!
    My sitio web : Practical English by Ruben

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